Esperaban pandemia desde hacía más de 10 años; preveían afectaciones a 18% de economía mundial
Estudios científicos y reportes periodísticos pronosticaron una pandemia provocada por una bacteria o un virus (entre estos el coronavirus) desde hacía al menos 10 años, la cual afectaría 18% de la economía mundial, al debilitar la industria turística y el comercio, equivalente al 4.8 del PIB en algunos casos.
El Informe anual sobre preparación mundial para las emergencias sanitarias elaborado por la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación, apoyado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en septiembre del año pasado ya alertaba en grandes letras rojas de un mundo en peligro, mientras que un estudio de la Fundación Rockefeller publicado en 2010 estimó que esta surgiría en el año 2012.
Algunos periódicos globales alertaron también sobre el riesgo de una pandemia y que el mundo no estuviera preparado para enfrentarla. Por ejemplo, el diario español El País publicó un reporte el 5 de octubre del año pasado, solo tres meses antes del descubrimiento del coronavirus en Wuhan, que el mundo debía que prepararse para la próxima gran pandemia letal.
Fechado el Nueva York, epicentro norteamericano de la actual pandemia global, el reporte señalaba que “si un brote de un nuevo y agresivo tipo de gripe estallara el mundo no tendría herramientas para evitar la devastación. Morirían entre 50 y 80 millones de personas y liquidaría el 5% de la economía global”. El reportaje citaba a la organización Mundial de la Salud (OMS) y al Banco Mundial, reunidos en una junta recién creada y llamada The Global Preparedness Monitoring Board (GPMB).
El Informe anual sobre preparación mundial para las emergencias sanitarias elaborado por la Junta de Vigilancia Mundial de la Preparación alertaba: “El mundo corre grave peligro de padecer epidemias o pandemias de alcance regional o mundial y de consecuencias devastadoras, no solo en términos de pérdida de vidas humanas sino de desestabilización económica y caos social”.
El informe, que contó con el apoyo de la OMS propuso, al momento de su publicación, siete medidas urgentes para preparar el mundo ante las emergencias sanitarias, la mayoría relacionadas sobre el accionar de líderes mundiales y jefes de estado, entre estas:
- Los jefes de gobierno deben comprometerse e invertir.
- Los Estados Miembros del G7, G20 y G77, y las organizaciones intergubernamentales regionales debían dar el ejemplo de preparación e inversión.
- Los países, los donantes y las instituciones multilaterales deben prepararse para lo peor (en materia de salud, económica y social).
- Las entidades que financian la asistencia para el desarrollo deben generar incentivos e incrementar la financiación para la preparación.
El informe estimó mayor vulnerabilidad acrecentada por una convergencia sin precedentes de tendencias de carácter ecológico, político, económico y social, como el crecimiento demográfico, la progresiva urbanización, la integración mundial de la economía, la aceleración y generalización de los desplazamientos, los conflictos, las migraciones y el cambio climático. En el estudio estableció que el mundo sufre cada vez más brotes infecciosos, los pobres son los que más sufren y que todas las economías son vulnerables,
Afirmaba que las epidemias y las pandemias supondrían un trastorno para el comercio y el turismo, dos de los principales motores de la economía mundial, pues ambos suponen 18% de la economía mundial.
El mundo no está preparado para una pandemia causada por un patógeno respiratorio virulento y que se propague con rapidez, alertaba el estudio.
El informe alertaba: los países, los donantes y las instituciones multilaterales deben prepararse para lo peor.
De acuerdo con el reporte, el Banco Mundial estimaba que “una pandemia de gripe mundial de una escala y virulencia parecidas a la que tuvo lugar en 1918 supondría un costo de US$ 3 billones para la economía moderna, o lo que es lo mismo, el 4,8% del producto interior bruto (PIB); incluso una pandemia de gripe de una virulencia moderada tendría un costo equivalente al 2,2% del PIB (9)”.
Fundación Rockefeller
Otro estudio, denominado Scenarios for the Future of Techonology an International Development, publicado en mayo de 2010 por The Rockefeller Foundation y Global Bussines Network alertaba de un escenario de una pandemia global que podría iniciar en 2012.
El escenario de la pandemia lo denominó “Lock Step” o movilidad bloqueada, en el cual, debido al surgimiento de un virus, el gobierno ejercería mayor control sobre los ciudadanos con un liderazgo más autoritario, con limitada innovación y creciente rechazo ciudadano.
El estudio anticipaba que una nueva cepa de influenza originada en gansos salvajes ocurrida en 2012 sería más virulenta y mortal que la de 2009. Y que incluso las naciones más preparadas se verían abrumadas rápidamente cuando el virus afectara todo el mundo, infectando casi 20 por ciento de la población mundial y matando a 8 millones en solo siete meses, la mayoría de ellos adultos jóvenes sanos. La pandemia tendría además, un efecto mortal en las economía internacional y la movilidad de personas debilitando industrias como el turismo y rompiendo las cadenas de suministro mundiales. Incluso a nivel local, normalmente tiendas bulliciosas y edificios de oficinas estarían vacías durante meses, desprovisto de ambos empleados y clientes.
El estudio va más allá al vaticinar, justo como ocurre ahora, que la política inicial de solo exhortar a sus ciudadanos a evitar volar en avión resultaría mortal “acelerando la propagación del virus no solo dentro de los EE. UU. Sino a través de las fronteras. Sin embargo, algunos países hicieron les va mejor, en particular a China, donde el gobierno pondría en cuarentena obligatoria a todos sus ciudadanos, cerrando todas las fronteras para salvar millones de vidas, deteniéndose la propagación del virus mucho antes que en otros países y permitiendo una recuperación pospandémica más rápida.
El estudio previó que durante la pandemia, los líderes nacionales de todo el mundo impondrían reglas herméticas y mayores restricciones, desde el uso obligatorio de máscaras hasta controles de temperatura corporal en las entradas a espacios comunes como estaciones de tren y supermercados Incluso después de que la pandemia se desvaneciera este control y supervisión serían más autoritarios sobre sus ciudadanos y sus actividades para protegerse de pandemias y del terrorismo transnacional.
El estudio adelantaba, en 2010, que aunque al principio, la noción de un mundo más controlado ganó aceptación y aprobación, pues los ciudadanos voluntariamente renunciaron a algo de su soberanía y de su privacidad a estados más paternalistas a cambio de una mayor seguridad y estabilidad, para 2025, la gente parecía estar cansada de tanto control de arriba hacia abajo y de permitir que los líderes y las autoridades tomaran decisiones por ellos.
Sin embargo, al parecer los estudios, como pueden contrastarse con la realidad no fueron tomados en cuenta prácticamente por ningún líder mundial y se prevé que esta pandemia cambie la forma en que vivimos, pues su duración podría ser, según cálculos conservadores de unos cuatro año, sin embargo como este estudio lo señala quizás sean al menos 10 años de cambios en estilo políticos, liderazgo y tecnología.