Galletera alemana Bahlsen tuvo 800 trabajadores forzados durante el nazismo
Un estudio científico reveló que la fábrica alemana de galletas Bahlsen tuvo en su plantilla una cifra superior a 800 trabajadores forzados durante la época del nazismo, muchos más de lo que se sabía hasta ahora.
Según datos de la empresa, más de 800 extranjeros realizaron trabajos forzados para Bahlsen entre 1940 y 1945, hasta ahora se daba por sentado que habrían sido 200 personas. Según Bahlsen, la mayoría de los trabajadores eran mujeres procedentes de Polonia y Ucrania.
Cinco años después de las escandalosas declaraciones de Verena Bahlsen, heredera de la compañía, el fabricante asume ahora su historia. Verena Bahlsen generó muchas críticas para sí misma y para la empresa familiar cuando afirmó en 2019 que los trabajadores forzados en la planta de Hannover, en el norte de Alemania, habían sido «bien tratados» durante la época nazi.
Poco después, se disculpó y habló de un error. Pero, de repente, el nombre de Bahlsen ya no fue solo sinónimo de las galletas Leibniz y las barritas rellenas con chocolate Pick-up, muy conocidas en Alemania.
El estudio elaborado por los historiadores Manfred Grieger y Hartmut Berghoff, por encargo de la compañía, ofrece una visión de aquella época. El resultado es un libro de 600 páginas titulado «La historia de la casa Bahlsen», que aborda los años comprendidos entre 1911 y 1974.
El informe afirma que la empresa apoyó el régimen nazi y se benefició del sistema, en particular mediante la incorporación de trabajadores forzados. Asimismo, los negocios de Bahlsen bajo el nacionalsocialismo aumentaron enormemente.
Según Grieger y Berghoff, los trabajadores forzados en Alemania eran objeto de una discriminación racial de gran alcance. Los polacos tenían que llevar una insignia en forma de rombo de color morado y amarillo con la letra P, lo que les hacía reconocibles como personas racialmente discriminadas, incluso en Bahlsen.
Recibían salarios más bajos, raciones de comida más pequeñas y peor atención médica. Según el estudio, se les alojaba en barracones y se les excluía de la vida pública. El contacto social con la población alemana estaba prohibido. Los hombres polacos que mantenían relaciones sexuales con mujeres alemanas eran amenazados con la ejecución.
La verdad sobre los acontecimientos de aquella época es incómoda y dolorosa, declaró la familia. «Lamentamos profundamente la injusticia que sufrieron estas personas en Bahlsen. También lamentamos no haber afrontado antes esta difícil verdad», indica el comunicado.
La familia añadió que el debate público surgido en 2019 llevó a un examen intensivo del pasado. «Desconocíamos muchos detalles de la historia de la empresa y la verdad es que no preguntamos».
Los autores del libro que se publica hoy informaron que la empresa abrió por primera vez su archivo por completo. Ambos señalaron que Bahlsen financió generosamente el proyecto, pero no impuso ninguna exigencia en cuanto al contenido, y que estuvieron en estrecho contacto con Werner M. Bahlsen y su hija Verena.
El informe detalla que, durante décadas, la empresa redujo el recuerdo de los trabajos forzados en su propia fábrica al relato de una convivencia consensuada en tiempos difíciles, pero que hoy la empresa reconoce su historia.
«Nos corresponde a nosotros mantener viva esta memoria y garantizar que esta historia del nacionalsocialismo no se repita jamás», reza una placa conmemorativa en el vestíbulo de la sede de la empresa en Hannover.
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