El gobierno del Estado de México ha dejado sin opciones a miles de estudiantes y padres de familia que han optado por no regresar a clases presenciales ante la posibilidad de que se presenten contagios del virus Sars-CoV-2 y puedan contagiarse o contagiar a sus familiares de covid-19.
La triste realidad de la educación en México continuará en escuelas rurales o urbanas, con una matrícula reducida o abultada, y donde los recursos para mejorar las instalaciones han sido nulos.
En algunas de las escuelas más grandes de la ciudad de Toluca, este lunes pasado regresaron a las aulas, en algunos casos, solo seis alumnos de grupos de 40, pese a lo cual los maestros no tienen la obligación de dar clases a través de aplicaciones como zoom a quienes decidieron no regresar a las clases presenciales.
En diferentes oficios girados a los padres de familia se les ha informado que solo los estudiantes que regresen contarán con el apoyo del profesor pues quienes decidan permanecer en casa no podrán consultar dudas con sus profesores durante el horario escolar de 08:00 hrs a 17:00 hrs y solamente tendrán como referencia la guía del año lectivo y la orientación a través de las clases por televisión, algunas redes sociales y la página web de aprende en casa.
En este sentido, el regreso voluntario anunciado por las autoridades educativas es en los hechos solo una simulación, porque la realidad es que las autoridades escolares están presionando y obligando a los menores y padres de familia a regresar a las aulas, pues de no regresar prácticamente estarán coartando su preparación académica o dejando el trabajo educativo a los padres y madres de familia, muchos de los cuales no pueden hacerse cargo de la enseñanza de sus hijos por sus responsabilidades laborales.
Sumado a lo anterior, este lunes muchas de las escuelas no habían recibido mantenimiento adecuado en limpieza de instalaciones y poda de los jardines, pues en algunos casos ni los directivos, ni secretarias, ni el personal de limpieza acudió a realizar guardias en las instalaciones para mantenerlas en buen estado.
Ahora, los padres de familia deben también contribuir a mantener la escuela y quizás también hacer jornada de limpieza, cuando durante un año ocho meses a las autoridades educativas estatales no se les ocurrió que el personal escolar y de limpieza realizara guardias —con sana distancia y medidas sanitarias adecuadas— para mantener en orden en las cuestiones administrativas, como expedición de comprobantes de estudios, credenciales y la limpieza y adecuado mantenimiento de las instalaciones.
Otro aspecto sumamente complicado del regreso es la hora del “recreo” o receso para que los escolares de primaria puedan consumir sus alimentos. Pues los maestros los sacan del salón y les piden a los menores que coman sus alimentos en el piso.
Esta situación se ha presentado en escuelas de Toluca que no cuentan ni siquiera con jardineras y no se ha dispuesto de mobiliario, como sillas y mesas, para que los menores puedan consumir su comida de manera sana y segura.
De que sirve “extremar” cuidados a la hora de la entrada con registro de temperatura corporal y aplicación de gel, si a la hora de los alimentos las niñas y niños que han decidido acudir a clases deben buscar un lugar para comer fuera del salón, ya sea de pie o en el piso.
Si en un año las autoridades educativas estatales y las autoridades de cada centro educativo no se preocuparon por podar jardines, mucho menos se preocuparon y ocuparon de que los menores contarán con espacios dignos para comer los alimentos que les envían sus papás, como esta ocurriendo en escuelas de la ciudad de Toluca, capital del Estado de México.
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