Casas impresas en 3D: el futuro de la vivienda llega a México

Casa modelo impresa en 3D para Toluca
- Las impresoras 3D pueden construir muros de una vivienda en menos de 48 horas, con una reducción del 30% al 50% en desperdicios
- Toluca aún no tiene su primera obra impresa, pero el país ya experimenta con materiales sostenibles y estructuras creadas por robots
La impresión 3D dejó de ser una curiosidad tecnológica para convertirse en una opción real dentro del sector de la construcción. En México, ya se levantaron viviendas impresas completamente con mortero estructural mediante robots de gran formato. El ejemplo más conocido está en Nacajuca, Tabasco, donde la empresa ICON y sus aliados construyeron una comunidad completa con tecnología de impresión 3D, destinada a familias de bajos recursos.

Este avance posiciona a México como pionero en Latinoamérica dentro de la llamada “construcción aditiva”. Las impresoras empleadas —como la Vulcan de ICON— trabajan con mezclas de cemento y aditivos que se extruyen capa por capa hasta formar muros portantes, reduciendo desperdicio de material y tiempos de obra. CEMEX y Holcim han colaborado en el desarrollo de concretos imprimibles con propiedades de fraguado rápido y alta cohesión.
Además del concreto tradicional, surgen alternativas más sostenibles, como geopolímeros y morteros sin cemento, que reducen la huella de carbono. Empresas como RENCA han presentado prototipos de casas impresas con estos materiales, abriendo un nuevo horizonte para la arquitectura verde y la eficiencia energética.
En México, los proyectos más visibles han sido impulsados por alianzas internacionales: ICON y Échale a tu Casa ejecutaron la comunidad tabasqueña, mientras universidades y startups mexicanas comienzan a desarrollar sus propios equipos de impresión. Estos ensayos buscan trasladar la tecnología hacia modelos de vivienda social, infraestructuras modulares y soluciones rápidas para zonas afectadas por desastres naturales.
El impacto potencial es enorme: las impresoras 3D pueden construir muros de una vivienda en menos de 48 horas, con una reducción del 30% al 50% en desperdicios. Sin embargo, todavía requieren cimentaciones, instalaciones eléctricas e hidráulicas tradicionales, y una regulación técnica que garantice resistencia sísmica y durabilidad.
En Toluca aún no existen proyectos habitacionales impresos en 3D, aunque el ecosistema tecnológico de la región avanza en el desarrollo de prototipos, piezas industriales y maquetas mediante impresión aditiva. Empresas locales y universidades ya trabajan con equipos de diseño y simulación que podrían adaptarse a la impresión constructiva en los próximos años.
Expertos señalan que el siguiente paso para el Estado de México será integrar capacidades de diseño digital, materiales locales y maquinaria de gran formato, para atraer proyectos piloto respaldados por cementeras, desarrolladores y gobiernos municipales. Si las condiciones normativas y de inversión se alinean, Toluca podría albergar sus primeros módulos habitacionales impresos entre 2027 y 2030.
El futuro de la vivienda en México se está escribiendo —o más bien, imprimiendo capa por capa. La innovación en materiales, la automatización y la sostenibilidad marcarán la diferencia entre un proyecto experimental y una nueva forma de construir ciudades.